viernes, 29 de mayo de 2009

El rito

El rito aparentemente no difería de otras ceremonias religiosas, pero en esta ocasión había que renovar la estabilidad del mundo, mediante una fórmula muy precisa que no se podía cambiar porque si no, las consecuencias serían terribles.

Zenon, junto Abdesmun y Azarbaal, los otros sacerdotes recorrerían el templo 22 veces por fuera, parándose en cada uno de los árboles que estaban asociados a cada letra del alfabeto, que a su vez estaban asociadas a los dioses y diosas del Panteón fenicio, detrás llevando unos cántaros con agua los discípulos, los sacerdotes con una rama de olivo, bendecían con agua y recitaban unas oraciones.

Miles de peregrinos habían venido a la ciudad en carretas o en barcas, y alrededor de una hoguera, en las playas, por las noches, cantaban y bailaban en honor de la diosa, mujeres y hombres disfrutaban de la fiesta, con vino, alucinógenos y sexo, ritos sagrados que hacían de las jornadas agotadoras, se dormía al raso, se levantaban más o menos temprano, se comía frugalmente y la fiesta continuaba.

En el interior del templo, guardado por otros sacerdortes jóvenes, se realizaron distintas bendiciones y solo Zenon seguido de Hiram bajaron hasta la cueva, origen del templo, lugar mágico, que hacía sentirse en un estado parecido a un viaje astral, en contacto con la naturaleza, con los sentidos agudizados, oyendo el rumor del tiempo, del agua, del viento, de la tierra, sintiendo el poder de la diosa.

Cuando Zenon pronunció las palabras secretas, fue como un estallido de luz, como entrar en trance, con los ojos abiertos, comprendiendo el pasado, el presente y el dolor del futuro, como una mezcla de extasis y dolor penetrante, una fuerte presión en la cabeza, pasando en segundos de la alegría a la tristeza, del dolor a la felicidad, así pasaron horas.

Cuando despertaron, si de despertar se puede hablar, Zenon estaba agotado, sentía que su final estaba cerca, e Hiram era consciente de lo que debía hacer el resto de su vida, también él parecía mucho mayor, aunque apenas era un chico cuando entró.

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